domingo, 23 de agosto de 2015

Gijón , agosto de 1891: Don Pelayo, Jovellanos y...Jackson Veyán



Jackson Veyán


La vinculación de José Jackson Veyán a Gijón le venía de lejos porque su primera mujer Carmen Álvarez Lafuente era asturiana y aun nacida en Luanco sus padres residían en la localidad. A los largo de su vida  Jackson Veyán visitó en diversas ocasiones la ciudad, siendo uno de los defensores, de que se rindiera  un  merecido homenaje a la figura de Gaspar Melchor de Jovellanos con una estatua, y así ya publico unos versos en su memoria en la Ilustración Española el 15 de enero de 1883 .

En agosto de 1891, Gijón ardía en fiestas. Se iban a erigir, no una, sino dos estatuas, bien conocidas hoy en día por todos  los gijoneses, la estatua de Don Pelayo y la estatua de Jovellanos. Y allí se traslada todo el mes Jackson Veyán, de quien ya sabrán los lectores de este blog era “el perejil de todas las salsas”, para participar activamente de los fastos.
Jackson Veyán reconvertido en “reportero” por obra y gracia  de  sus compañeros del periódico “El Heraldo de Madrid”, envía puntualmente sus crónicas al periódico, y describe así el ambiente previo a la inauguración de las estatuas: 

“ Toda la carrera que ha de recorrer la procesión  oficial  se halla con gallardetes y banderas. La animación  para las fiestas es grande, la afluencia de forasteros es inmensa, y hoy no se encuentra una cama por un ojo de la cara.
En los últimos trenes han llegado Vital Aza, que está a la altura de Pelayo, con pedestal y todo, y los distinguidos corresponsales del El liberal y El Imparcial Sres. Arimón y Cantín.
Los trabajos para inaugurar el día 8 la Exposición en el Instituto Jovellanos continúan, y en mis cartas sucesivas me ocupare detenidamente de los adelantos artísticos, industriales y abriles de esta laboriosa villa que tan alto coloca si nombre honrando la memoria de Pelayo y Jovellanos, glorías las más legítimas de este glorioso Principado de Asturias.
Anoche se inauguró, con un suntuoso baile, el pabellón Muselista, construido en el Paseo de Begoña, saliendo satisfechos en alto grado las damas y galanes, y hasta las características de la compañía, vulgo mamás, que ocupaban un tribuna de honor.
Antonio Vico se muere todas las noches en el Teatro de los Campos Elíseos, y el público no perdona a Echegaray los asesinatos que comete en la persona del más ilustre artista de nuestros tiempos. Pero ¡Oh sublimidad del genio! El público aplaude de entusiasmo a la víctima y al asesino.
El cielo despejado de nubes, parece que trata de aguar la fiesta. El cielo toma muchas veces parte en las fiestas, y caso mañana se vista de gala con uniforme.
Será un caso raro aquí, donde el sol viste siempre el traje de campaña.
El acorazado Pelayo llegara mañana; pero hace ya cuatro días que tenemos entre nosotros a la más hermosa gloria de la Marina. ¡Al ilustre y veterano maestro D. Emilio Arrieta”.
Acorazado Pelayo
A las 8 de la mañana del día 5 de agosto, llega el acorazado Pelayo al Musel, donde le esperaba el gentío desde las cinco de la mañana saliendo numerosas lanchas a su encuentro. Posteriormente se celebraría por el Obispo de Oviedo una misa de  dirigiéndose posteriormente la comitiva a cuyo frente se encontraba junto al Alcalde de Gijón el representante de S.M. la Reina Regente  el Conde de Revillagigedo ( hecho éste,  criticado por algunos que consideraba que la representación regía merecía haber sido de mayor grado), celebrándose una misa de campaña, y al son de la Marcha Real  y cañonazos desde la batería de Santa Catalina, contestados por el acorzado, se destapo
Estatua de Don pelayo. Gijón
la estatua en bronce de Don Pelayo , al tiempo que en el acorzado  Pelayo se izaba una hermosa bandera de combate bordada por la Princesa de Asturias, todo ello acompañado de los distintos discursos vivas al Rey, a la Reina y a España.  Nos dice Jackson: “Los años de la fuente que adorna la base del pedestal derramaron copiosos llanto en memoria del insigne caudillo, y me retire de allí porque menudeaba el disparo de cohetes y hay que tener mucho ojo para no perder uno de los dos, como le sucedió a mi buen amigo Luis Taboada, el más saleroso de los escritores festivos. La festividad de mañana, que es la verdaderamente absorbe toda la atención, ha perjudicado el esplendor de la de hoy. Por todos lo escaparates se ven preciosas coronas dedicadas a Jovellanos, y se preparan palomas y versos para el solemne acto”.

El 6 de agosto, llega el momento culmen de las fiestas con la inauguración de la estatua de Jovellanos ( sita en la plaza que conmemora dicha fecha). Así nos lo narra Jackson Veyán: “ El acto de descubrir hoy la estatua de Jovellanos ha revestido el carácter de una verdadera solemnidad, y ha demostrado, de manera palpable, cuán grande, y cuán generoso es el noble sentimiento de gratitud.
La manifestación de hoy habla muy alto en favor de la villa de Gijón. El pueblo que sabe agradecer, es digno y honrado, y merece los favores que se le otorguen.
Un cielo esplendido de luz ha coronado el buen éxito de la fiesta. Entre solemnidad de ayer y la de hoy, ha habido una gran diferencia.
El ilustre guerrero no despertaba tanto interés como el sabio tribuno, y el triunfo de la idea ha superado al de las armas.
Señal de adelantamiento es ésta, que puede enorgullecer a los gijoneses.
A la nueve de la mañana se celebraron en la iglesia parroquial las honras fúnebres…A las diez y media se puso en marcha la comitiva, formando a la cabeza de todas las escuelas de los concejos, con su correspondiente estandarte cada una, en los cuales se leían sentidas dedicatorias.
Los niños llevaban en sus manos ramos de olivo y flores.
¡No puede simbolizarse mejor la paz y la pureza.
Detrás marchaban las distintas comisiones que representaban las ciencias, las artes, las armas y la nobleza.
Don Manuel Cañete, docto crítico y profundo literato, iba representando a la Academia de la lengua.
Don Emilio Arrieta, en su vulnerable frente llevaba escritas todas las glorias de la música española.
Mis buenos amigos Ramos Carrión y Vital Aza representaban dignamente al literatura dramática.
Estatua de Jovellanos. Gijón
Más de cuarenta coronas, de verdadero gusto y merito artístico, fueron depositadas al pie del monumento, y al descubrir la estatua, una lluvia de palomas y de poesías casi de toso los balcones…..
…Descubierta la estatua , la procesión se dirigió a la casa donde vivió D. Gaspar de Jovellanos, y al arrancar el lienzo que cubría la lápida conmemorativa D. José Cifuentes Jovellanos, heredero del insigne estadista, pronuncio un discurso sentido con el alma, y de forma elocuentísima y arrebatadora, que fue aplaudido con entusiasmo.
Esta tarde se ha dedicado la mayoría de la gente a visitar el acorazado Pelayo en lanchas y vapores, haciéndose casi imposible la circulación por las escalas del hermoso castillo flotante.
Por la noche se han quemado en el muelle de Fomento unos bonitos juegos de pólvora y los arcos en el puerto y en el muelle Liquerica lucen con caprichosa iluminación que atrae numerosa concurrencia…

…Al cerrar esta carta, el teatro Jovellanos elegantemente decorado para el baile de convite que da el ayuntamiento, presenta un golpe de vista admirable, bailándose rigodones, en los que apenas pueden moverse las parejas por la excesiva concurrencia.
La mayoría de los oficiales de la escuadra, pues hoy ha llegado también el vapor Alfonso XII, lucen sus uniformes, dando al cuadro calor y vida..
..En resumen: la fiesta de Jovellanos vivirá largo tiempo en la memoria de los que hemos tenido la honra de presenciarla, y no cerrare mi carta sin tributar merecidísimos elogios al incasable sostenedor y Presidente de la Comisión de monumento, al sabio hombre de ciencia y más entusiasta adorador de las glorias patrias, excelentísimo Sr. Acisclo Fernández Vallín y Bustillo, que hoy ve realizados sus más fervientes deseos, no sin grandes sacrificios morales y materiales.
Mi aplauso a Jovellanos y mi enhorabuena al Sr. Vallín y bustillo. JACKSON”


Teatro de los Campos Eliseos.Gijón
También el día 8 se estrenó con gran éxito en el hoy desaparecido Teatro de los Campos Elíseos de Gijón la loa histórica que había escrito al alimón Ramos Carrión ( autor entre otras de Agua ,Azucarillo y Aguardiente) y Jackson Veyán : “Glorias de Asturias”, apropósito fantástico y original en un cuadro y en verso escrito expresamente para el eminente actor Antonio Vico. En el cuadro intervenían sólo tres personajes, un maestro de escuela  interpretado por Vico, que explicaba a los aldeanos de una cercana aldea de Gijón, ( una joven Carmen Cobeña, y Antonio Perrín), las figuras de Pelayo y Jovellanos.  Quisieron los autores que  lo recaudado con la impresión del libreto se destinase íntegramente al Hospital de la caridad de Gijón.


Jackson Veyán permaneció más días en la localidad , en la que se sucedian bailes, bandas de música en un Paseo de Begoña iluminado de forma novedosa por  eletricidad, y exposiciones.  Jackson siguió mandado crónica  sobre las distintas actividades  a las que acudía . Su faceta de corresponsal del Heraldo no le impidio, dada su conocida profílifica actividad, enviar al Madrid Cómico una “cómico-festiva” entrevista a la estatua de Pelayo, que se publicó el 22 de agosto y con la que os dejo a continuación:

MADRID COMICO 22 de agosto de 1891


DESDE GIJON

(UNA INTERVÍEW CON PELAYO)

En Gijón conmigo di,
por Pelayo pregunté,
cerca del puerto le vi,

con respeto me acerqué
á la estatua y dije así:

— ¡Ah del caudillo leal
que alzó la cristiana enseña!...
— iQué quieres, simple mortal?
— Que hables desde el pedestal,
si no eres de bronce ó peña.

— Barro he sido y bronce soy,
que con antiguos cañones
mi estatua fundieron hoy;
pero á contestarte voy,
porque me sobran razones.

Habla, que punto por punto
he de ceñirme al asunto
y oirás cosas muy graciosas,
porque me han pasado cosas
que hacen hablar á un difunto.

— ¿Con ese puesto de honor
no te hicieron gran favor?
— ¡No! La fama irreverente,
al subirme en una fuente,
me transformó en aguador.

¡A esto la gloria me trajo!...
—No hay atajo sin trabajo.
— Es que padezco reúma
y, francamente, me abruma
tener el agua debajo.

¡Juro que, como á mi mal
Dios el remedio no ponga,
desde el alto pedestal
doy un saltito mortal
y me vuelvo á Covadonga!

— Clavado estás en tu asiento.
— ¡Tengo el carácter violento,
y, si un día me incomodo,
cargo con el monumento
y me voy con fuente y todo!

— Veo que estás enfadado...
— Mi majestad han hollado,
pues no consiente la ley
que traten á un magistrado
con más respeto que á un rey.

Amigo de don Gaspar,
no le pretendo ultrajar,
pero que le den á él
todo el bombo y el laurel
es ya mucho fastidiar.

Cuando á dos honrar se intenta,
el pueblo lleva la cuenta
de coronas, sí, por Dios:
¡no le da á Pelayo dos
y á Jovellanos cuarenta!

Yo discurro sin encono:
¡si él dió una ley en su abono
y dió de honradez ejemplo,
yo le di á Asturias un trono,
y fe al alma y cruz al templo!

Don Gaspar, mi buen vecino,
que es hombre de mucho tino,
sé que no se metió en eso,
y el laurel á mí, confieso
que no me importa un pepino.

Pero preguntas prudente
y contesto complaciente,
aunque el desaire rae irrita,
pues comprendo que no quita ,
lo cortés á lo valiente.

— A la intervención pongo tasa,
y en tus noticias confío
si es que algo nuevo te pasa.

— Ya sabe usted, señor mío,
adonde tiene su casa.

— Adiós, ilustre guerrero:
molestarle más no quiero.

— He tenido un gran placer...

— Don Pelayo, hasta más ver.

— Usted mande, caballero.
Él se quedó en el pilón
sólo con su indignación,
la fuente siguió corriendo,
y yo me marché diciendo:

«¡Pelayo tiene razón!»

JOSE JACKSON VEYAN.




Fuentes:
Hemeroteca Digital BNE
Hemeroteca de Prensa Histórica
Biblioteca Digital del Principado de Asturias
 http://www.asturiasinformacion.com/fotos-antiguas-de-gijon-asturias/
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