Me recomienda Enrique Mejías que
no me pierda el Concierto de Navidad del Teatro de la Zarzuela, el próximo día
21 de este mes, le tomo prestada sus palabras publicadas en la página web del Teatro de la Zarzuela: “Por segundo
año consecutivo regresamos al Teatro de la Zarzuela para celebrar un Concierto
de Navidad. Más allá de los consabidos valses y polcas, el repertorio de la
zarzuela enriquecerá el menú con sabrosísimos chotis, pasacalles e incluso una
zamacueca. De lo que se trata es de bailar, aunque podamos terminar arrastraos.
Contando con un invitado de honor, como es el Coro Titular del Teatro, se ha
realizado una concienzuda selección de fragmentos donde se alternará el
cantable popularísimo con otros completamente inéditos y que se escuchan hoy
después de décadas de olvido: De la noche a la mañana, La mazorca roja, El país
de las hadas… suculentos manjares a degustar. Sujeten sus pies… ¡y Feliz
Navidad! (Enrique Mejías)”. Dentro de
esas obras inéditas y olvidados en la primera parte del programa de Federico Chueca se va a tocar de la obra
“Los arrastraos”, el Preludio y Chotis de “El Flexible” . Yo estaré
allí y espero pasármelo fenomenal.
En la noche del 27 de mayo de
1899 se estrenaba en el Teatro Apolo de Madrid, Los arrastraos , sainete lírico, en una acto y tres cuadro, en
verso, dedicado por sus autores José Jackson Veyán y José López Silva : “ A Don
Francisco Romero, el espléndido empresario de la Plaza de Toreres de
Carabanchel de Abajo , sus verdaderos amigos “, con música del maestro Federico
Chueca. La dedicatoria no es baladí porque parte de la acción se desarrolla en
Carabanchel “Abajo” y a las puertas de
su Plaza de Toros, que Jackson Veyán
conocía perfectamente, ya que en aquella época estaba destinado en Carabanchel Bajo, como encargado de la
estación telegráfica y allí, donde fijó su residencia, en mayo de 1897, había nacido mi abuelo
Fernando Jackson Pérez.
La crítica acogió la obra de
manera dispar, alegándose por los
críticos que el asunto de la obra no era novedoso y achacándose incluso esa falta de novedad a
la música de Chueca, sin embargo no parce que el público fuera de la misma
opinión.
Pongo críticas ejemplo de
las dos posturas mantenidas:
“Hay en la nueva obra
representada anoche en el Teatro Apolo escenas muy bien hechas, tipos populares
perfectamente dibujados y chistes ingeniosos que fueron reídos por la
concurrencia.
El argumento de Los arrastraos carece de novedad, y los
tres cuadros en que se divide el sainete son parecidos a los de muchas obras
representadas en los últimos años.
Quizá por esto, por hallarse
además el público fatigado de ver desfilara por los escenarios madrileños a
chulos y golfos, y porque hay en Los arrastrados chistes poco cultos, la obra no satisfizo a
los espectadores.
El maestro Chueca no ha estado
esta vez afortunado. Falta a la nueva partitura el sello de su originalidad y
gracia que el autor de La gran via ha sabido imprimir a la mayoría de
sus obras.
En la ejecución se distinguió notablemente Emilio Mejeso.
Las Srtas. Pino, Brú y Vidal y
los Sres. Mejeo ( don José), Gil y Ontiveros, contribuyeron al buen resultado.
Los autores fueron llamados varias veces al palco escénico en unión del
pintor D. Amalio Fernández, que ha hecho para Los arrastraos dos decoraciones
de mucho efecto”
La
Época 29/05/1899
Más proclive al éxito de la obra
es la siguiente crítica:
“Con un átomo de asunto y la
gracia por arrobas en el dialogo, han compuesto López Silva y Jackson el libreo
del sainete estrenado anoche en el Apolo con gran éxito.
En el patio de una casa de vecindad
de los barrios bajos de Madrid, que son casi un pueblo, hacen su presentación
los personajes todos ellos más o menos conocidos: un sastre, su feroz consorte,
y su hija gentil y enamorada; un tabernero aragonés, novio de ésta; una chula
de rumbo; un golfo, ex amante de la anterior, y un rico carbonero gallego ,
aspirante a marido de la misma; un novillero, su cónyuge y su cuadrilla… de un solo peón; un empleado íntimo y su consorte,
y el consabido coro de vecinos y vecinas con el correspondiente piano de
manubrio para amenizar la vida de aquella colmena, donde los zánganos abundan
más que las abejas.
Y por la carretera adelante,
haciendo el alto en el ventorrillo van todos a Carabanchel un día de novillada,
donde en la puerta de los arrastraos se desenlaza
la acción, se arreglan las diferencias y se conciertan las bodas a gustos de
todos.
El público se ríe de la mejor gana
del mundo los chistes de todo los colores y de todos los grados de fuerza que
casi sin interrupción salen de boca de los personajes, aplaude muchos con gran
regocijo e interrumpe en dos ocasiones la representación para hacer salir a
escena a López Silva y Jackson al final de un dialogo entre la Pidal y Duval y
a mitad de otro, el más chispeante de la obra, entre Emilio Mesejo y la Vidal.
Chueca con las misma gracia y frescura
de siempre conservando su estilo propio, ha escrito una partitura muy alegre y
muy madrileña, en la cual sobresalen la jota de la introducción, el schotis del
primer cuadro, ambos repetidos; un preciso dúo-lo mejor como estructura musical, de todo la obra-en
tiempo de vals, que cantaron muy bien la Bru y Duval, y otro graciosísimo en
tiempo de habanera, primorosamente dicho por la Pino y Emilio Mesejo. Este
último fue repetido y Chueca llamado a escena y estrepitosamente aplaudido al
final de ambos.
También se aplaudió mucho el
cuarteto cómico de los matuteros, cantado en su parte principal por Carrón y la
señorita Gracia Segura, y un animado pasacalles.
Al terminar la representación
fueron llamados a escena repetidas veces, López Silva, Jackson y Chueca.
Los actores arriba mencionados y
los señores Carreras, Pepe Mesejo, Gil, San juan y Ontiveros estuvieron acertadísimos
en la interpretación de los tipo qe les estaban encomendados, distinguiéndose
muy especialmente Carreras, y Emilio Mesejo, en el sastre y el golfo.
Las tres decoraciones de Amalio
son la verdad misma. El Telón corto del segundo cuadro, en el que el natural
está interpretado a conciencia y muy artísticamente tomado, es un ambiente, una
perspectiva perfectos, y de un color y luz justos, rehuyendo falsos efectismos.
El pintor fue llamado a escena varas veces”.
R. Blasco “La Correspondencia de
España” 28/05/1899
“ APOLO: Con buen éxito se
estrenó en este favorecido teatro el sainete cómico-lírico en un acto cuyo
título es Los arrastraos, letra de López
Silva y Jackson Veyán y música del maestro Chueca.
Dícese que la claque influyó bastante en el éxito;
pero es lo cierto que aun sin mediar su concurso, no por eso el público hubiera
protestado de la obrita, que es entretenida, tiene gracia, y además una música
retozona y tarareable que se hará popular en breve tiempo.
Si el asunto y los tipos fuesen
más nuevos, y se hubieran suprimido algunos chistes demasiados subidos de
color, no tendrían motivo de justa censura los descontentadizos a nativitate, porque Los arrastraos responde a las exigencias
del género al que pertenece. También a Chueca se le llama poco menos que
autoplagiario, porque en la partitura del sainete e cuestión hay motivos que
recuerdan otros del mismo autor, y de eso podrán haberle acusado hace ya mucho
tiempo, sin que semejante novedad
haya influido para nada en l prestigio del popular maestro.
Los números que más gustaron
fueron un dúo muy bien cantado por la Pina y Mesejo, otro dúo de la Bru y
Duval, un schottis y un pasacalle.
Fueron muy aplaudidos dichos
artistas y además los Sres. Carreras, Onstiveros, San Juan y Gil. Los autores fueron
llamados varaias veces al palco escénico, e igual honor obtuvo el Sr. Amalio,
que pintó para la obras tres bonitas decoraciones.”
El Mundo Naval Ilustrado de
01/06/1899
Por último merece destacar la crítica
que con reportaje fotográfico publicó el Nuevo Mundo:
“Al dar cuenta la prensa diaria
del estreno del sainete lírico Los arrastrados, hubo sus correspondientes distingos,
y mientras algunos cronistas dijeron que la obra era “magnifica y chispeante”,
otros encontraron demasiados gastados los recursos que los autores han puesto
en juego.
El público, que es el verdadero
conde y el que aquilata los éxitos lisonjeros, acude todas las noches a Apolo y
se ríe de buena gana con los chistes picarescos del “golfo enamorado”, y pide
la repetición del schotis del organillo. El pleito pues ha sido fallado en pro
de Jackson Veyán, López Silva y Chueca, y es justo que dediquemos a Los
arrastraos una información fotográfica, añadiendo algunas explicaciones en, con, por, de, sin, sobre el
argumento.
Patro
es
una muchacha arrogante, hija del pueblo, que se vá a casar con el señor Isidro el carbonero. Sus vecinas
no la perdonan que haga una boda brillante, y murmuran que si tuvo o no tuvo
relaciones con Menegildo, un gatera
madrileño, mui dizno y mui puntilloso que se alimenta con lo
que le regalan los soldados del cuartel de la Montaña. Estos amoríos de la Patro son anteriores a su promesa de casamiento
a Pacho,
el gallego y adinerado carbonero; el “golfo” se entera de la boda en proyecto y
llega a visitar a su Dulcinea, sosteniendo unos diálogo muy graciosos que el
auditorio celebra con francas carcajadas. Mesejo, que interpreta con mucha
gracia a Menegildo y la Pino que hace
de Patro, son aplaudidos justamente.
En el mismo patio habitan Luisa, su madre y su padre que son la
Brú, la Vidal y Emilio Carreras, sastre el último. La niña se muere por los
pedazos del Aragonés, pero la señá Barbara se opone a las relaciones
de los muchachos y sostiene ingeniosas batallas con Boni , su marido, que es el protector de la pareja juvenil .
Pacho, el comerciante en carbón,
invita a todos los vecinos del patio a la corrida de toros de Carabanchel, y
acaba el cuadro primero con un coro alegre. En el segundo hay un dúo de
señoritos matuteros y una escena cómica ente Ontiveros y San Juan, dos toreros de
afición.
En el tercero se vé la puerta de
arrastre de la plaza taurina de Carabanchel, y allí se desenlaza el sainete,
pues cuando está bailando el carbonero con la hermosa Patro, llega Menegildo y
reclama sus antiguos derechos, a lo que accede el gallego generosamente.
Luisa
y Boni convencen a la señá Barbara
y ésta transige con la boda del
Aragonés y de su hija.
El diestro Besugo sale desnudo de la plaza, mientras el público pide que lo
lleven a la cárcel .
Los
arrastraos obtienen un buen desempeño, y la Pino, la Brú y la Vidal
comparten los aplausos con Mesejo, Carreras, Duval, Gil, Ontiveros y San Juan.
El maestro Lope lleva la orquesta muy bien; y las decoraciones de Amalio,
admirables.
He aquí un fragmento de una
escena de la obra:
MENEG.-
Te has portao como un cochero.
PATRO.- ¿ Pues qué querías, bocaza?
¿Qué después de cuatro meses
que no se te vé la gaita
porque estás en relaciones
marítimas con la Chata, me
metiese en un convento
de Ursulinas? ¡Ni tan
pava!
MENEG.-
¿Relaciones? ¡Esa es una
calunia que me levantan!
lo que ha pasao respetive
del asunto de que me
hablas
es que me encontró esa
noche,
¿sabes? Y que diluviaba;
Y que al verme hecho una
sopa
y a cuerpo, pues le dio
lástima;
me tapo con el antuscas
y me acompaño a mi casa.
¡Pero no subio!
PATRO.- ¡Pa
chasco!
MENEG.-
Y allí no hubo más palabras
Que las que uso: “Buenas
noches
¡Qué te seques! ¡Muchas
gracias!”
El maestro Chueca ha escrito
varios números retozones y durante muchas noches ha salido a escena con López
Silva y Jackson Veyán, recibiendo grandes ovaciones del regocijado auditorio”
NUEVO MUNDO 07/06/1899
Patio de vecinos. "los arrastraos" |
Como despedida os dejo con el
chotis de “El flexible”. Situación, el patio de una casa de vecindad en los
barrios bajos. Salen unos mozos con un piano con manubrio con un rótulo que
diga: “El flexible (sic).-Chotis”. Las vecinas dejan de lavar y coser; con
varios Vecinos que salen a escena forman
parejas para bailar haciendo circulo alrededor del piano, procurando que los
movimientos del baile sean iguales en todas las parejas. Al salir el organillo
todas las Vecinas dan muestra de alegría, diciendo algunas: “¡El organillo, el
organillo!”. Una de las Vecinas dice: ”Lo habrá mandado el carbonero”. Otra , reparando
en el rótulo que lleva el organillo: “¡Uy! El flexible, el de tóos los días” Y
otra: “¡Que suerte tiéne
algunas mujeres!” Empieza el baile:
“En
cuanto oigo el organillo
lo que me pasa no sé explicar.
me vuelvo loca, se me seca la boca
cuando el piano me toca algo para bailar.
ELLOS ¡Venga de ahí!
ELLAS ¡Vaya de ahí!
ELLOS ¡Uyuyuy, que gustito me dá,
uyuyuy, cuando vas agarrá!
(Uno
de los que bailan da un beso n la mano a su pareja, y ésta le da una bofetada. Después
de un movimiento de barullo continua el baile)
ELLAS Me vuelvo loca
BONI Le ha desecho la boca
ELLAS Cuando el piano me toca
Algo para bailar
---------------
Cuando mi chulo me pasea
o me valsea por el salón,
siento una cosa que me
pone nerviosa,
y me pongo melosa de la satisfacción
VEC. (La de la bofetada)
¡Vaya un gachó más desahogao!
BONI ¡Qué cascorré le han atizado!
ELLOS Cuando te llevo así
agarrá,
vaya un gustito que me
da.
¡Que me da! ¡Que me da!
ELLAS ¿Qué te da?
vaya
usté a saber
qué es lo que será
lo que le da.
Tome usté
cebá
o agua de limón.
que eso se dá pa corregir la irritación.
ELLOS ¡No lo puó resistir!
ELLAS ¿Pues te aguantas, y en
paz!
ELLOS Te lo voy a decir
ELLAS Te la vas a ganar.
P.D El 23 de febrero de 1901, Jackson Veyán, López Silva y Chueca
estrenaban en el Teatro Eslava de Madrid “El capote de paseo” refundición de “Los
arrastraos”.
Con agradecimiento a la pagina de facebook Una morena y una rubia, os dejo un enlace al preludio de "Los arrastraos" http://youtu.be/e_513_Sfyz0
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