No
voy ahora a dedicarme a dar un definición de la palabra “sicalipsis” ( más aun cuando existe controversia sobre el
origen del termino), baste a nuestros fines
saber que el termino era empleado
a comienzos del siglo XX para referirse
a aquellas obras en las que en la que se daba la picardía desde un punto de vista “sexual”: en el habla de los personajes y en sus
comportamientos y vestimentas en escena ( o mejor dicho la escasez de las mismas
según los gustos de la época). El Llamado género chico o teatro de horas, a
finales del siglo XIX empezaba a acusar
el cansancio del público, donde se repetirán
situaciones, argumentos, incluso para algunos críticos la música , y se
buscan nuevas vías para llenar los
teatros. El Diccionario de la Zarzuela de Emilio Casares Rodicio al que ya he hecho
referencia en otras entradas señala: “
El termino sicalipsis también se utiliza para denominar la perversión del
género chico en género ínfimo, mediante el erotismo y se manifiesta en los
primeros años del Siglo XX. La exhibición
cada vez más descarada del cuerpo femenino, total o parcialmente
desnudo, es un factor a tener e cuanta como elemento adyacente de los diversos
espectáculos del momento. Como consecuencia de la decadencia de los libretos,
las intérpretes son cada vez más visuales y menos actrices… Entre 1897 y 1901
en los teatros de Madrid, Apolo y Eslava, se va imponiendo el erotismo escénico
que tuvo como primeros resultados Enseñanza
libre y El género ínfimo y que tendrá continuación en obras más
directamente sicalípticas como, San Juan
de Luz de Arniches y Jackson Veyán
con música de Torregrosa y Quinito Valverde, El arte de ser bonita con música de Vives, La gatita blanca y La conquista del marido de Folgetti y el Triunfo de Venus de Chapi. El teatro
Eslava pasa a ser el nuevo templo de la sicalipsis y allí se estrenan Apaga y vámonos de Jackson Veyán con
música de Lledó; …”.
Como
veis ya tres de las obras que se citan San Juan de Luz ( no debe de olvidarse
como un precedente destacable ¡Al agua patos!)
La gatita blanca y ¡Apaga y vámonos! son de Jackson Veyán y eso que
faltan algunas que se incluirían en este género también de Jackson como El guante amarillo, el Palacio de cristal…
J. López Silva |
Como
he señalado en otras ocasiones hoy nos
reiríamos con aquello que a comienzo del siglo XX se consideraba “inmoral” ., y
para ejemplo os traigo una de las obras
citadas ¡Apaga y vámonos ! ,
pasatiempo lírico en un acto y dos cuadros con letra de José Jackson Veyán y
José López Silva, música del maestro Lleó, estrenada en el Teatro Cómico la
noche del 31 de mayo de 1907. El Heraldo de Madrid del día siguiente se lee la
siguiente crítica :”…
Jackson
y Pepe Silva volvieron anoche par sus fueros en el palenque de la gracia y las
risotadas.
Dicen
los precitados autores en su nueva obra -apaga y vamonos -cosazas enormes, pero
con ingenio, en forma que no alza protestas y á todos hacen reir de buena gana.
Es
Apaga y vámonos la obra tipo que
nosotros deseábamos para el género sicalíptico en boga.
Cuando
los autores se han limitado, en el afán de cobrar trimestres, a u n a
exhibición de mujeres ligeritas do indumentaria, nos parecía de todo punto
reprobable su labor, y esto no ocurre en Apaga
y vámonos. Con buen acierto advirtieron los Sres. Silva y Veyán de las
excelentes condiciones que ofrecen para el éxito indiscutible artistas guapas,
resueltas á decir cuanto se mande en escena, y público dispuesto á escuchar
todo linaje de valentías, sin necesidad de exposiciones, de bustografía y muslografia
para arrancar aplausos únicamente por plasticidades en las que no tuvo arte ni
parte el espíritu de los autores.
Maestro Lleó |
Han
hecho, pues los libretistas una labor da desenfado encubierto por pabellón do
la gracia y el ingenio, y así no resulta repugnante, sino divertidísimo y
propio para conseguir que todos palmoteen.
Lledó,
como músico, progresa constantemente en habilidad. El número de la sonneríe del reloj está admirablemente
orquestado.
Los
autores fueron llamados muchas veces a escena, y también las señoritas Andrés y
Jiménez y los Sres. Ontivoros y Vera.
Apaga y vámonos...
a Eslava, debieron añadir los artistas, pues anoche quedó cerrado el Cómico
para su cuadro. S.A.”
Para
que podáis ver la “sicalipsis“ de la obra y reíros un rato os trascribo la crítica
publicada en la revista “El arte del
teatro” de 1 de agosto de 1907, acompañado de las imágenes de la
representación. ( Podéis consultarla el
ejemplar de la revista en la Hemeroteca digital de la BNE)
“EFECTIVAMENTE;
al terminar su obra, los autores del pasatiempo debieron exclamar: ¡Apaga y vámonos!
El
público dice lo mismo al salir del teatro, y nosotros.. -Nosotros preguntamos:
Después
de esto, ¿qué le quería que hacer á la sicalipsis? Retirarse modestamente por
el foro. Los Sres. Jackson Veyán y López Silva parece que quisieron decir la
última palabra con su obra, y la dijeron por boca de sus personajes, que
exclaman cuando el telón comienza á descender, como convencidos de que no es
posible llegar á más:
—
¡Apaga y vámonos!
¿Será
posible que en esto de las buenas formas y de los sugestivos movimientos tengan
algo aún que mostrarnos las tiples?... Sinceramente creemos que no, que ya nos
lo han enseñado todo.
Hanse
presentado á los ávidos ojos de la muchedumbre en ropas ligerísimas, que apenas
velaban los encantos de sus personas; con 'el escultural cuerpo envuelto en
gasas transparentes, que descubrían indiscretas los más recónditos secretos de
la línea; sin las gasas...; y en punto á movimientos...,¿qué sugestivas
contorsiones ganarán en sicaliptismo voluptuoso á la matchicha, la gran
croquet y el tango de espaldas? Se han levantado del lecho delante del
público, se han acostado; todos los menesteres propios del aseo personal y la
coquetería, incluso el de bañarse, hemos tenido ocasión de admirarlos con todos
sus detalles desde la butaca... ¿Puede llegarse á más? Nosotros creímos que no;
que podrán idearse variaciones sobre los mismos temas, pero ofrecer distintos
cuadros es punto menos que imposible.
Sin
embargo, ¿quién sabe?... No nos atreveríamos á afirmarlo de un modo rotundo. El
ingenio de ciertos autores no tiene límite, y quizá llegue al extremo de
que las artistas nos muestren algo que todavía esté por ver.
De
¡Apaga y vamonos!, puede decirse que es un pasatiempo, aunque no un honesto
pasatiempo. Su pequeño asunto se desarrolla en dos cuadros; el primero
representa el recibimiento de una casa aristocrática, de cuya disposición puede
juzgarse por las fotografías que publicamos.
Al
levantarse el telón, Carmen, que es una doncella limpia como los chorros del
oro, guapa y frescota, duerme profundamente, sentada en un extremo del banco,
cubierto el busto con una vaporosa blusa, que con estudiado abandono deja ver
el escote de la muchacha y los brazos desnudos; y Pepe, ayuda de cámara, enamorado
y vivo, que sentado a! otro extremo mira con ojos encandilados á la doncella.
El
reloj da una campanada.
Pepe se lamenta del calor y de lo que se
prolonga la ausencia de los señoritos, y naturalmente, aprovechando el profundo
sueño de Carmen, pasa minuciosa revista á su persona. :
P. Con la sofoquina que hase
y
este chubeski con fardas
que
tengo ar lao, me se ha puesto
too
mi ser como una fragua.
Y
es pa abrasarse... (Por Carmen).
¡Qué
boca! . . .
¡Y
qué braso... y qué garganta!...
¡Y
este riso de la nuca!...
(La coge un rizo con mucho cuidado y
Carmen se estremece).
¡¡Y
ese hoyito de la barba!!
¡Casi
ná! Tengo la novia
más
bonita y más serrana
der
mundo. Y luego me quiere .
que
se le caen las pestañas
:
mirándome. ¿Ella fartarle
á
su Pepe?... ¡Antes la matan!
(Pausa corta).
¡Carmen!
(LLamándola bajito).
C.
(Suspirando). ¡Ay!
P.
¡Cómo suspira!...
¡La
pobresila de mi arma
está
soñando conmigo! . . .
¡Qué
rica! Voy á abrocharla.
¡Asín!
(Intenta abrocharle la blusa
con mucho cuidado).
(Dormida). ¡Estese usté quieto,
señorito!
¡Tupinamba!
(Carmen se despierta asustada).
¡Ay!
.. . ¿Qué hacías?
Abrochándote,
pa
que no te costiparas.
¡Ya
estás bueno!
Y á propósito:
oye
tú; ¿con quién soñabas?
Con
el señorito.
¡Ah! Sí?...
¡Está
muy bien! (incomodado).
Se empeñaba
en
que yo me había puesto
un
par medias del ama.
¡Vamos!
¡Y quería el tío
que
yo se las enseñara!.. .
P.
Lo que se sueña es verdá;
la
misma desconfiansa
la
tengo yo. Y tú las llevas;
¡se
te conose en la cara!
C.
¿Yo?
P. ¡Sí, señora!
C. ¡Mentira!
P.
¡Jura!
C:
¡No me da la gana!
P.
¿Lo ves?... ¿A que son obscuras?
C.
Pues no, señor, que son claras.
P.
¡Obscuras! Y se sujetan
por
aquí. (Señalando por debajo de
la rodilla de Carmen, que le rechaza
con coquetería),
C.
¡Cá! Son más altas.
P.
Bueno; ¿pero á que son negras?
¡Me
juego e_r pescueso!
C.
¡¡Plancha!!
(Levantándose la falda y ensenándole
las medias),
P.
¡María Santísima! (Entusiasmado).
C.
¿Lo ves?
¡Pa
que no porfíes!
P.
(Dándole la mano). ¡Grasias!
(Pausa
corta).
Cambiando
de conversación, dice Pepe que ya está cansado de servir á un señorito tan asaura, al que no le agrada el cante ni
el baile, ni los chícharos, ni nada de lo que vuelve locos á los andaluces.— En
cambio ella es más flamenca que Triana — responde Carmen — y se pirra por el
jolgorio. Yo no sé cómo pueden quererse teniendo tan distintas aficiones.
Después
de hablar de sus amores y de sus proyectos de matrimonio, y de hacer Pepe á su
novia una descripción de la casa que él quiere que sirva de nido para ambos
pregunta él donnde prefiere que la lleve el domingo. Ella responde que al
baile, que es lo que más le gusta; y
recordando que el reloj que hay en la habitación es de música, dispónense á
aprovechar la tocata que se anuncia al sonar la hora.
Un
precioso número de música, en el que la orquesta imita los sonidos de la caja
de música, da ocasión á que Pepe y Carmen bailen una polka. Pero cuando más
entusiasmados están, el reloj deja de tocar, como si se le hubiera conchudo la
cuerda. Carmen se encarama en una silla y da cuerda al
reloj;
este continúa tocando y sigue el baile.
Poco
después llegan los señoritos.
Ambos
visten de etiqueta y con abrigos de verano. Antonia, muy bien peinada y sin
sombrero. Los dos vienen furiosos.
—
¡Coqueta!
—
¡Lila! ¡Asaura! ¡Soso!
—
¡Falsa!
Y
dejando á los dos criados con un palmo de boca abierta, ante aquella rociada de
denuestos que recíprocamente se lanzan, penetran en sus habitaciones.
El
cuadro segundo représenla el dormitorio de Antonia ú Hilario. En él hay
dos camas con mosquiteros de encaje que las cubren completamente, y cuya
abertura da frente al público.
Al
levantarse el telón,la alcoba aparece á obscuras, y Antonia é Hilario están en
sus respectivas camas, velados por los mosquiteros. Hilario enciéndela luz,
descorre el mosquitero, saca el cuerpo y dice con cómica energía, dirigiéndose
á Antonia:
—
¡Y tómelo usté como quiera!...
;Y
asi no seguimos ni un minuto más! ¡Rediéz con los mosquitos!...Esto no pasa más
que en Sevilla!... ¡Tener que dormir en una urna como Papús! ¡Y que se traen un
cante flamenco, que ya. . . ya!. .. ¡Sí, señora, me carga Sevilla!... ¡Y me
hace la cusca el pescado frito!. , . ¡Y me chinchan los polvorones!...
¡Y ya tengo una Giralda en la boca del estómago! ; ¿Qué quería usted?... ¿Que
en casa de un magistrado me- arrancara con usted por sevillanas, y que acabara
marcándome la machicha? ¡Pues no, señora!... Y constele á usted que
Hilario Morcillo, un servidor, no hace el ridículo en ninguna parte, ni tolera,
¡óigalo usted bien!..., ¡ni tolera que se le ponga en berlina de la forma que
usted lo ha hecho! ¡Eso es! ¡Salirse por sevillanas en un baile de sociedad
!...¡Y con el médico de cabecera!... ¡Con ese botijo que fue novio de usté... y
que la visita á usté con demasiada frecuencia!... ¡La mar de visitas que le
hace á usté! ¡ Y que me las cobra á duro.. ., que es el colmo!
(Nuevo
bofetón), ¡Si, señora! ¡Toda Sevilla lo sabe!...
¡Todo el mundo meseñala con el dedo!... ¡Hasta los mosquitos trompeteros me zumban
al oído mi desgracia! Sí, señora.. . ¡¡me zumban!!
(Ronca
Antonia). ¡Eso es! ¡Roncando como un cochero para
que yo crea que está usté dormida... ¡¡Dormida!!
¡Eso
quisiera usté! ¡Estar dormida para no escuchar los gritos de su conciencia! ¡He
dicho! (Deja caer el mosquitero, apaga la luz y se acuesta.)
ANTONIA
(Enciende ¡a luz, se sientay descorre las colgaduras). — ¡Eso es lo que
á usté no le importa; que yo descanse ó no!... Por supuesto, que la culpaos
mía. ¡Sí, señor! Mía nada más, por haberme casao con un madrileño habiendo en
Sevilla tanto sevillano desocupao...
¿Qué
puede una esperar de un gato, más que arañasos y bufidos?... Ya lo desía
mi papá después del sacrifisio: «¡Pobre hija mía! ¡Pobre ratonsito inosente,
entre las uñas de este minino escuchimizado (Hilario se
mueve en la cama nerviosamente).¡Escuchimisao, sí,
señor!... ¡Raquítico,más
que raquítico!... Que de hombre no le quean más que las inisiales...¡Sí
no tienes más que huesos. ¡Si cuando te mueves en la cama paese que están jugando
ardominó\ ¿Qué habré yo visto en ti, ladrón, más que ladrón, para
quererte... {Llorando), como te quiero?.,. ¿Tengo yo la curpa de que sea
usté un desaborío y de que tenga yo tantísima grasia repartía por to mi
cuerpo?... Si supiera usté bailar sevillanas, no tendría yo que bailarlas con
otro. ¡Eso!... Si balara usted la machicha}, como se bailan todas las personas ditinguidas, no haría usté el
ridículo, ¡so primo! ¿Qué caballero se presenta hoy en socieda sin la machicha...
¿Se calla usté?...¡Claro! ¡Qué va usté á desir!... ¡Soso!, ¡Más que soso! (Pausa
corta). ¿Qué llamo ar médico todos los días?... Sí,señor. De nerviosa que
me tiene usté siempre . . .
Hilario
se levanta y, entre otrás lindezas, dice á su esposa que en cuanto el rubicundo
Febo asome la llevará á casa de su padre.
Ella
al oírlo se arroja del lecho, poniéndose
el abrigo apresuradamente dice que se marcha en aquel momento, y toca el
timbre.
—
¿Pero qué haces? — pregunta él.
—
Llamar A Pepe para que me
acompañe.
—
¡Ah!. . . ¿sí? Pues yo voy ahora
al
Juzgado para dar parte de
la
conducta de usté.
Oprime
también el botón del timbre.
—
¿A quién llamas? — pregunta
Antonia.
—
A la doncella, para que me acompañe
y
me sirva. .. de testigo.
Vienen
los criados, continúa la disensión,
hasta
que Antonia, seguida de Pepe,
sale
de la estancia asegurando
que
se va á casa de su padre.
Hilario
queda solo con la criada.
—
¿Has visto? — le dice —. ¡Soy
muy
desgraciado!
—
Eso es porque á usté le da la
gana.
—
No me quiere.
—
¡No le va á querer á usté! . . .
Lo
que tiene es que como á la señorita
le
gusta una barbaridad too lo flamenco,
y
usté tié esa guasa...
—
¿Guasa yo?
—
Natural.
—
Pues si yo soy el tío más gitano
de
España, v yo me bailo la machicha
y
las sevillanas, y el zorongo, y todo lo
que
se baile en Sevilla. Ahora, que no
quiero
que mi señora se arranque en
público
como una bailaora en el tablao;
Interviene
la orquesta y hay baile por todo lo alto. Cuando de las seguidillas van
á pasar á la machicha, aparecen Antonia y Pepe entre las cortinas de la
puerta lateral derecha; ambos permanecen ocultos, hasta que al volverse de
espaldas Hilario en uno de los pasos del
baile, Antonia hace señas á Carmen para
que la deje el sitio. La doncella se oculta y la señorita baila con su marido
sin que él se entere. Pero cuando en otro de los pasos ha de volverse él,
Antonia deja nuevamente el sitio á la doncella. Repítese este juego, hasta que
en el último golpe Hilario se encuentra con Antonia, y después de las
exclamaciones naturales y de la explicación oportuna, sobreviene la
reconciliación.
Al
final de la escena. Hilario busca en un bolsillo las cerillas para encender en cigarro. Los criados salen en busca de
fósforos, y al volver encuéntrense con que Antonia, que ha encontrado la caja,
está encendiendo el cigarro a su esposo. Este, embelesado, abraza a su mujer, y
los criados, que ya habían encendido cada uno una cerilla, exclaman al ver
aquel cuadro:
—
¡Apaga y vámonos.
En
síntesis, esta es la obra, cuyas situaciones están sazonadas con sal y pimienta
sin moler, y cuyo diálogo abunda en frases ingeniosas, pero de grueso calibre.
La
música es alegre y de las que se pegan al oído.
Carmen
Andrés y Antonia Sánchez Jiménez están deliciosas y sugestivas, y Ontiveros y
Vera tienen ocasión de lucir su gracia de actores cómicos.
Y
á pesar de su color verde subido, y tal vez por esto, la obra alcanzará un
número fabuloso de representaciones.
A.G"
Espero que os haya gustado , y .....¡Apaga y vámonos!
Espero que os haya gustado , y .....¡Apaga y vámonos!
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