Alfonso XII |
En la
anterior entrada dejábamos a un gallardo y joven Alfonso XII entrado en Madrid
al frente de sus ejércitos tras concluir
la Tercera Guerra Carlista, pero
avancemos un poco más en el tiempo…. Como
conté en la primera parte, el título de Caballero de Isabel la Católica a Jackson
Veyán se otorgó en premio de las poesías que publicó El Tiempo
con motivo del regio enlace entre Alfonso XII y Dª María de la Mercedes , que
no hemos podido localizar. La popular Reina Mercedes, como nos recuerda la página
web de la Archidiócesis de Madrid , “con su historia entre cuento y tragedia,
llegó al mundo un día de San Juan, 24 de junio de 1860, en el Palacio Real de
Madrid. Hija de una Infanta de España, única hermana de Isabel II y un hijo del
Rey de Francia, el Duque de Montpesiér, mal visto por la Corte por conspirar en
más de una ocasión contra su cuñada la Reina, pretendiendo para sí mismo el
trono de España.
María de las Mercedes |
La
quinta hija de los Duques de Montpesiér, María de las Mercedes, fue bautizada
al día siguiente de su nacimiento, dentro de un gran ritual digno de una
Infanta, en la capilla de Palacio. El 18 de julio del mismo año, con apenas un
mes desde su nacimiento, sale por primera vez de su real residencia, para,
siguiente una tradición que llega hasta nuestros días, visitar y ser presentada
a la Patrona de la Corte, Nuestra Señora de Atocha.
Su
infancia la pasa junto a sus padres y hermanos en Sevilla, viajando a la Corte
de Madrid en vacaciones, hasta que el exilio de la Familia Real la lleva a
pasar primero a Lisboa y después a París, donde recibe la comunión, a los doce
años, hasta su vuelta a Madrid, tras la restauración de la monarquía,
instalándose nuevamente en el Palacio Real.
La mala
relación entre su padre y su tía la Reina Isabel II lleva a la familia a
regresar al Palacio de San Telmo de Sevilla, donde llevará con ella el secreto
de un amor que surgió en las pasadas Navidades, en París: se trata de su primo
Alfonso.
Cartas
de amor que van y vienen, mientras en la sombra la Reina Isabel, cuyos recelos
hacia el Duque de Montpesier le convertirán en una dura oposición al matrimonio
de los dos reales enamorados, cuya historia de amor casi imposible había
cautivado por entero al pueblo de Madrid.
Pese a
todo, el rey Alfonso XII consiguió los permisos oportunos para casarse con su
amada prima, cuyo matrimonio se celebró un 23 de enero de 1878 en la Real
Basílica de Atocha, entre grandes muestras de júbilo por parte de los
madrileños.”
Boda Alfonso XII y María de las Mercedes |
Quiere
sin embargo la mala suerte que esta
historia amor no perdurase, y así la Infanta Eulalia de Borbón hermana de
Alfonso XII nos cuenta en sus memorias “Aquella historia de amor era quizá
demasiado bella para ser duradera. Fue una continua luna de miel que duró seis
meses escasos y termino con la muerte de la joven Reina después de una agonía larga y terrible,
abriendo ancho paréntesis de luto en la
Corte de España, que lloro sinceramente a la Reina de los lindos ojos con el
mismo dolor que el pueblo madrileño, que la adoraba por linda, por buena y por
español”. La Reina durante las
festividades y ceremonias de la Semana Santa
ya había dado muestras de cansancio… se trataba de la tuberculosis.
Fallecimiento de la Reina |
Otra de las hermanas
de Alfonso XII escribe en su diario (siguiendo
el libro “La Infanta Paz de Borbón” de María
Teresa Álvarez ) : “ el 24 de junio recibió los últimos sacramentos, mientras hacían
salvas de cañones, porque ella cumplía ese día
dieciocho años. Dos días después, por la mañana, nos mandó llamar
Alfonso. Había un silencio sepulcral en palacio; solo se percibían los pasos de
centinelas en las galerías. No olvidaré nunca mi entrada en la alcoba.
Ministros, damas, ayudantes, todos arrodillados en el suelo. Alrededor de la
cama estaba arrodillada la familia. Alfonso tenía en su mano la de la
moribunda, sin separar la vista de su cara pálida. A las doce murió. Yo no
había visto nunca la muerte tan de cerca, no comprendía lo que era morir. No
puedo describir lo que me impresionó. No podía creer que no fuese una
pesadilla. Parecía un ángel dormido. La besamos
por última vez y salimos del cuarto. Alfonso nos dijo entonces: “perdonad que
os haya llamado; esperaba que Dios oiría mejor vuestras oraciones”.
El
dolor se extiende más allá de Palacio , y el pueblo llora a su Reina, acudiendo
los madrileños a velarla; toda la prensa recoge la noticia y el dolor del Rey.
En 1879
la Imprenta nacional publica un poemario titulado Siemprevivas: que depositan
varios ingenios en la tumba de su majestad la reina doña María de las Mercedes
de Orleans y Borbon, (Q.S.G.H.). El libro se va elaborando con los poemas que
remiten poetas y personajes insignes, según orden de recepción siendo que entre
las primeras figuran los siguientes versos de José Jackson Veyán :
SONETO
La perfumada flor de
Alejandría
Yace ya sin aroma, triste,
inerte:
Al abrir su corola halló
la muerte
¡Ay de la pobre flor que
vive un día!
La virtud en su sien resplandecía:
La fé tuvo en su pecho
asilo fuerte….
¡Callad; no sollocéis; que
no despierte
De ese sueño feliz que
Dios la envía!
Pulse el ángel si cítara
sonora:
El eco del dolor al hombre
espanta:
¡Risueña brilla la
naciente aurora!
¡Triste la tierra su
oración levanta!
¡El mundo que la pierde
gime y llora;
El cielo que la alberga ríe
y canta!
Todos los grabados a blanco y negro son de la Ilustración Española y Americana ( Fuente. Biblioteca digital BNE)
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